Si bien muchas personas piensan que su mayor problema al estudiar oposiciones es el de memorizar gran cantidad de datos, hay otro obstáculo que tal vez sea más común. Es más, puede estar incluso detrás de la dificultad para memorizar en la mayoría de ocasiones. Se trata de la comprensión lectora, una habilidad básica para todo opositor. Si crees que necesitas mejorarla, te damos algunos consejos para ello. ¡Sigue leyendo!
Una habilidad básica para un opositor
Estudiar sin comprender no puede garantizarte un aprobado y, mucho menos, una buena nota. Tal vez pueda haber alguna persona que tenga una gran capacidad de memorización incluso sin comprender y esto le pueda servir para un aprobado raspado, pero no es, ni de lejos, lo normal. Lo normal es que necesites comprender las cosas para recordarlas.
¿Cómo leer?
Ten en cuenta que, dependiendo del texto que leas, usarás un tipo de lectura u otra. Según se lea, podemos hacerlo por placer, hacerlo buscando datos concretos, haciéndonos una idea general de un texto o analizando o criticando ciertos datos. Sin embargo, la que nos interesa es la lectura intensiva, que es la que realizaremos cuando estudiemos algo o hagamos un resumen. Es una lectura que requiere bastante esfuerzo.
¿Cómo comprender el texto?
Hay varios niveles de comprensión que debemos ir pasando:
- Comprensión literal: es el primer nivel en el que deberás responderte a la pregunta “qué dice este texto”, de manera literal.
- Comprensión inferencial: en este nivel, añades tus conocimientos a la información literal para tratar de comprender mejor lo leído.
- Comprensión crítica: en este nivel, además de leer el texto, eres capaz de evaluar y juzgar lo leído en base a tus conocimientos previos.
Cómo puedes mejorar la comprensión lectora
Hay algunas acciones básicas que te ayudarán a mejorar:
- Debes tener la lectura como hábito. De este modo, al leer cualquier tipo de texto que caiga en tus manos, irás aprendiendo a analizar distintos contextos y aumentar tu léxico, algo fundamental para la comprensión de un texto. Siempre puedes usar el diccionario, pero tu estudio será más rápido si ya dispones de un léxico amplio.
- Dedica a cada texto el tiempo necesario. Si un texto lo comprendes muy rápido, está claro que no necesita que insistas en su comprensión, ¿verdad? Pues lo mismo debes hacer si el texto es más complicado, adaptarte a su complejidad. Deberás ir más lentamente y no forzarte a tener prisa por acabar antes.
- Hazte preguntas sobre lo que lees. Es la mejor manera de asegurarte de que lo has entendido: en qué consiste, cómo se desarrolla, por qué sucede, cuándo tiene lugar, etc. También puedes hacerte preguntas más complicadas, como “¿por qué se desarrolla esta ley en este contexto?” o “¿qué diferencia hay entre este producto de Correos y aquel otro que me parece muy similar?”. No pases al siguiente contenido sin tener claras todas las respuestas.
- Ten siempre al lado un diccionario. No te saltes las palabras que no entiendas, porque malinterpretarlas podría cambiar completamente el significado de un texto. ¡Podrías memorizar un contenido erróneo!
Puedes valerte de algunas técnicas para mejorar:
- Subraya lo más importante. También puedes usar distintos colores para contenidos de distinta importancia o jerarquía, así como para lo que consideres que no comprendes y necesitas trabajar antes de avanzar.
- Pon título a los párrafos o determinados fragmentos de texto. Tener que poner un título implica condensar la información en una oración, para lo que debes asegurarte de entenderlo al 100 %.
- Realizar sistemáticamente preguntas sobre el texto leído. Es decir, seleccionar algunas preguntas como las que te hemos comentado e ir creando una ficha con la respuesta a dichas preguntas para cada parte del texto.
- Haz mapas conceptuales para crearte una idea completa de un texto.
Como ves, poniendo atención y un poco de esfuerzo, podrás mejorar tu comprensión lectora fácilmente.