Oposiciones Correos

Inteligencia emocional para opositores

¿Sabes a qué se refiere el término “inteligencia emocional”? Es muy probable que lo hayas leído o escuchado numerosas veces, pero puede que no tengas claro su significado. En este post queremos explicarte en qué consiste y por qué la necesitas para tus oposiciones, aparte de la inteligencia “tradicional”.

Somos emociones

Sentimos emociones continuamente, algo que condiciona nuestro día a día. Todo lo que pensamos y hacemos se ve influenciado por lo que sentimos y cómo lo gestionamos. ¿Alguna vez has observado a dos personas que han pasado por una misma experiencia y han reaccionado de maneras totalmente diferentes? Es un ejemplo sencillo de que las emociones pueden condicionarnos y está en nuestra mano gestionarlas a nuestro favor.

¿Qué es la inteligencia emocional?

Consiste en realizar adecuadamente esta gestión que comentamos para favorecer tu vida en general y, en concreto en el caso que nos ocupa, tu estudio.

Continuamente vas a sentir emociones, y necesitas comprenderlas y controlarlas. Además, puedes modificarlas poco a poco. Esto te va a permitir salir airoso, por ejemplo, de situaciones desagradables. Estas van a seguir sucediendo, pero según cómo controles tus emociones, podrás tomar mejores o peores decisiones.

¿Cómo afecta a tu estudio de las oposiciones?

Estudiar oposiciones no es un proceso lineal. Si ya llevas tiempo en ello, lo habrás comprobado. Se empieza sintiendo ilusión, pero pronto llegan inseguridades, miedos, ansiedad, bloqueos o desánimo. Cada persona es un mundo y sentirá distintas emociones en su proceso de estudio. Sin embargo, todas se verán beneficiadas de mejorar su inteligencia emocional.

Al detectar qué emoción estamos sintiendo, podemos despegarnos un poco de ella. Es decir, no identificarnos con eso. Nosotros, nuestra vida, no somos miedo en inseguridad. Podemos sentirlo puntualmente, identificar en qué momento aparece, qué lo ha disparado y razonar para recordar que dejaremos de sentirlo. Esto nos ayuda a no hundirnos en el miedo y actuar desde él, lo que permite tomar mejores decisiones.

Además, cuando conoces tus emociones, vas detectando de qué manera te afectan y, con el tiempo, ya sabes qué con determinada emoción tu estado de ánimo cambia, se entorpecen ciertas capacidades y tomas decisiones arriesgadas o tal vez conservadoras, por ejemplo. Saber qué puntos débiles tienes te ayudará a no desviarte de tu camino a la primera de cambio.

estudio e inteligencia emocional

Trabaja tu inteligencia emocional

Si aún no has empezado a estudiar tus oposiciones de Correos es un momento ideal para desarrollar tu inteligencia emocional. No obstante, cualquier momento es bueno para ello. Para conseguirlo puedes:

  • Usar tu motivación: céntrate en concretar qué quieres alcanzar en tu futuro, de qué manera lo harás, qué habilidades tienes para ello y asumir que cada problema te enseñará algo útil.
  • Cultivar la autoconciencia: es fundamental que te observes con honestidad para saber cuáles son tus debilidades y fortalezas. Un registro diario de lo que determinados sucesos hacen a tus emociones y reacciones es muy útil. Anota también los resultados de tus acciones cuando decides desde determinadas emociones. Observar los patrones que repites te ayudará a evitar los que sean perjudiciales para ti.
  • La empatía te servirá en general para mejorar la inteligencia emocional en cualquier ámbito de tu vida. ¿Sueles escuchar a los demás sin prestar demasiada atención, solo esperando para dar tu respuesta? Intenta escuchar sin más intención que la de ponerte en la piel del otro. Te sorprenderás de lo que puedes aprender de esa persona y de ti.
  • Las habilidades sociales desarrollan directamente la inteligencia emocional. ¿No sabes cuáles querrías tener? Lo más fácil es imitar las habilidades sociales de las personas que admiras.
  • La autogestión es la que tiene lugar una vez que ya te conoces, sabes tus fortalezas y debilidades, conoces tus necesidades y tus obligaciones. Ahora sabes que el responsable de mejorar tu vida eres tú, dejas de ser “víctima” de lo exterior y te pones en marcha para gestionar tu descanso, alimentación, rutinas y horarios saludables, cuidado físico…

Todas estas acciones puedes ir tomándolas poco a poco para ir aumentando tu inteligencia emocional. Sobre todo, registrar tus emociones y reacciones a ciertos sucesos te ayudará a cambiar lo que te perjudique y llevar mejor todo el tiempo que dure tu estudio de las oposiciones.