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La temida curva del olvido

La curva del olvido es temida por muchos opositores y estudiantes en general. Si tú no le tienes miedo, o bien no sabes lo que es, o bien ya sabes cómo evitarla. Para aquellos que se encuentren en el primer caso y no sepan qué eso no sepan qué hacer para evitarla, hemos preparado este post.

En qué consiste la curva del olvido

El término curva del olvido se utiliza desde que Hermann Ebbinghaus lo acuñó en su libro de 1885 Sobre la memoria. Con dicho término hacía referencia a la pérdida que sufrimos en la retención de lo que hemos memorizado según avanza el tiempo.

Su representación gráfica es una curva descendente, es decir, con el paso de los días, cada vez recordamos menos de lo estudiado. Sin embargo, esta curva del olvido puede variar para cada persona según ciertas circunstancias:

  • Si te encuentras cansado, estresado, desanimado… ¡Hasta hambriento! O si estás calmado, alegre, descansado…
  • Tus propias capacidades para recordar, así como el tipo de información que es más sencillo de recordar para ti. Seguro que ya has observado que recuerdas más fácilmente las cosas en determinado formato (si eres más de texto, de audio o de imágenes…).
  • Si los contenidos son más o menos complejos.
  • Si los contenidos son relevantes para ti. Ten presente que, si algo te interesa, lo recordarás más que si no te importa demasiado.

Una vez visto el concepto y qué condiciona esta curva, es normal querer plantearse cómo evitarla para potenciar tu estudio.

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Técnicas y estrategias

Como puedes imaginar, no puedes evitar completamente la curva del olvido. Lo normal es que todos nos veamos afectados por ella de algún modo. Simplemente, podrás reducir su influencia mediante el estudio, mejorando cómo memorizas inicialmente, y mediante el repaso, para minimizar lo olvidado con el paso de los días.

Mejorar la retención

Esto implica que mejores tu estudio, para lo cual debes:

Tener materiales adecuados.

Organizarte de manera racional.

Estudiar en un lugar agradable y tranquilo.

Seguir un horario con los descansos apropiados.

Maximizar los momentos de estudio concentrado. Es decir, necesitas concentrarte y es preferible estudiar menos tiempo más concentrado que más tiempo sin enterarte de lo que lees.

Usar aquellas técnicas de estudio que se valen de recursos visuales para que de un vistazo te quede clara la estructura del contenido. Comprender la estructura y las conexiones de los contenidos te ayudará a fijarlos mejor.

Mejorar los repasos

Lo mejor es que desde el principio incluyas en tu organización los repasos. Es decir, no te recomendamos dividir tu tiempo solo para estudiar temas nuevos, sino que vayas combinando el estudio de temas nuevos con el repaso de los que vas estudiando.

La fórmula es la de ir repasando de manera espaciada con intervalos de tiempo cada vez mayores, de modo que los efectos de la curva del olvido se reducen.

Hay varias maneras de hacerlo, pero una muy eficaz es hacer un primer repaso al día siguiente, el segundo, la semana siguiente tras el primer repaso y el tercero, quince días tras el segundo repaso. Posteriormente, ya podrás ir espaciando más, en función de lo que necesites.

Puedes revisar opciones de estudio que incorporan los repasos en este post que te compartimos.

Como ves, no debemos subestimar los estragos de la curva del olvido, pero podemos reducir su impacto. ¡Potencia tu estudio!