Oposiciones Correos

Oposiciones y Ley de Parkinson

Estudiar oposiciones de Correos para conseguir tu plaza soñada de trabajo puede llegar a ser muy complicado si no controlamos ciertos factores tanto internos como externos a nosotros. En este post vamos a ver las implicaciones de la Ley de Parkison y cómo optimizar nuestro estudio para conseguir nuestro objetivo. ¡Sigue leyendo para aplicarlo en tu vida!

La Ley de Parkinson

Esta ley no afecta exclusivamente al estudio de oposiciones ni siquiera solamente al estudio en general. Es válida para cualquier ámbito en el que debamos realizar una tarea en un determinado plazo de tiempo. Lo que la Ley de Parkinson nos dice es que la tarea que tenemos que hacer la extendemos todo el tiempo disponible, cuando la realidad es que podríamos haberla hecho en menos tiempo.

La Ley la enunció en 1957 Cyril Northcote Parkinson, de ahí su nombre. Él trató este tema en relación con la burocracia, ya que, según él, cuanto más tiempo haya disponible para una tarea, menos se centrará la mente. Por ello, tareas que podrían hacerse relativamente rápido en las instituciones burocráticas, se alargaban lo máximo posible. Esto resultaba en unas instituciones ineficientes e irresponsables.

Puedes imaginarte que esto quiere decir que al tener una fecha límite cercana, las personas tendemos a concentrarnos más en la tarea que nos ocupe. Seguro que has oído decir a muchas personas que trabajan mejor bajo presión o que estudian mejor bajo presión.

Ley Parkinson estudiar

Aplicada al estudio de oposiciones

Según esta ley, al estudiar nuestras oposiciones de Correos no nos concentraremos en el estudio completamente hasta que falte poco para la fecha de examen. Si ya te ha pasado en otras ocasiones de tu vida (en tus estudios o en algún trabajo), sin duda, debes anticiparte y evitarlo.

Además, la Ley de Parkinson lleva aparejada la teoría del efecto de la bola de nieve, en la que algo pequeño acaba convertido en algo enorme. Por ejemplo, imagina un tema que sea algo más complicado de estudiar que los demás. Si te pones con él con la suficiente antelación y calma, podrás abordarlo como sea necesario: investigar, preguntar, dejarlo unos días y volver a estudiarlo con otra perspectiva… Sin embargo, si lo dejas para última hora, cuando veas que te resulta muy difícil, ya no tendrás tiempo para hacer nada más. Esto probablemente te ponga nervioso y haga más difícil aún que comprendas ese tema.

¿Qué hacer?

Lo más importante es que encuentres lo que a ti te funciona, pues esto no es igual para todos. Prueba, inicialmente, a hacer una planificación en la que asignes un tiempo para cada tema. Trata de asignar un tiempo realista, ni demasiado ajustado ni demasiado amplio.

Tú debes ser “el guardián” de tu tiempo y decidir qué es mejor. Por ejemplo, si, objetivamente, un tema es algo más largo y más difícil y consideras que es bueno dedicarle un día más, puedes cambiar el plan inicial. Pero debes ser honesto y hacerlo en un caso como este y no si necesitas un día más porque has estado procrastinando.

Otra opción es dedicar solamente el tiempo que hayas establecido en tu planificación. En este caso, si no te ha dado tiempo de estudiar un tema al completo en el tiempo estipulado, tendrás que pasar al siguiente.

Teniendo en cuenta la Ley de Parkinson y el efecto bola de nieve, ¡es momento de que te organices eficientemente!