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Planta cara al estrés

Tanto si eres una persona con tendencia al estrés como si no lo has sido, pero empiezas a padecerlo al enfrentarte al proceso de preparación de las oposiciones, debes ponerle freno. El estrés afecta a todos los ámbitos de la vida y uno de ellos, lógicamente, es el estudio. Te costará más concentrarte, comprender los contenidos y memorizarlos. Quédate a leer lo que hemos preparado para ti.

¿Eliminar el estrés?

Tal vez hayas oído hablar del estrés como algo negativo y esto no es del todo cierto. Existe un tipo de estrés, el eustrés, que se considera un estrés positivo y es aquel que surge momentáneamente en ciertas situaciones: se te escapa el bus y debes correr, tienes un examen y sientes nervios porque quieres controlar todo lo que está en tu mano para acudir a tiempo y realizarlo bien… Los ejemplos están por todas partes. Ese estrés es necesario, pero tras un periodo de tiempo en eustrés, necesitamos recuperarnos y volver al estado normal.

Cuando esta recuperación no se da, entramos en distrés, que es al que nos referimos generalmente como “estrés”. Este, a su vez, puede degenerar en un estado continuo de ansiedad.

En el periodo de preparación de las oposiciones es un caldo de cultivo perfecto de distrés. Tienes un horario estricto que cumplir, una planificación semanal y mensual que cumplir, debes renunciar a ciertos planes y tal vez estés más aislado. Aparecen miedos también, relacionados con el examen y con tu futuro.

oposiciones y estrés

¿Qué se puede hacer con el distrés?

Hay una serie de pautas que debes seguir para poder detener el estrés y tomar las medidas oportunas:

  • Detecta el problema. Muchas veces, nos sentimos mal en general y reaccionamos de maneras inapropiadas a ciertos estímulos negativos. Estamos más sensibles ante lo negativo y nos afecta demasiado. Debes ser honesto contigo mismo y aceptar cuándo tus reacciones no son normales o las habituales en ti. Observa qué te hace saltar las alarmas.
  • Reflexiona sobre la situación. Contesta a las siguientes preguntas: qué es lo que te hace sentir este estrés, de dónde viene, cuánto se está manteniendo en el tiempo, qué síntomas detectas y qué efectos tiene, finalmente, en tu vida.
  • Una vez que tengas identificada la situación, cuando aparezca de nuevo, debes ponerte en movimiento. Es muy efectivo para desconectar de los pensamientos, así que simplemente, ponte a caminar, haz algo de yoga o vete a un gimnasio.
  • Conecta con lo esencial. Aquellas pequeñas cosas cotidianas que te hacen feliz, las relaciones que de verdad son importantes para ti, la naturaleza… Pasear por un parque, playa o bosque puede ayudarte, porque la naturaleza es perfecta contra el estrés. Incluso puedes tratar de cuidar tus plantas con concentración, lentitud y cariño: te aseguramos que desconectarás de tus pensamientos mientras lo haces.
  • Recuerda cuidarte. Aunque tengas puesto el foco en un objetivo que precisa un “sacrificio”, tu día a día sigue teniendo sentido y sigues necesitando sentirte bien. Por ello, te vendrán genial pequeños cuidados, caprichos o premios. Se trata de tu autocuidado. Te mereces sentirte bien y tú sabes cómo conseguirlo con pequeños gestos. Una taza de chocolate caliente, un capítulo cortito de una serie, un gran paseo quizá hasta tu pastelería preferida para comprar un pequeño dulce que te encanta, un baño de espuma…
  • Di que no. Aprende a decir que no a otras personas, pero también a ti mismo cuando aparezca tu parte autosaboteadora. Se trata de poner límites a todo aquello que va en contra de tus intereses. No es fácil, pero verás inmediatamente cómo tiene beneficios en tu vida.

Con estas pautas, podrás poner fin al estrés para disfrutar de tu vida y centrarte en conseguir tus objetivos.