Es un tema delicado del que no solemos hablar. Parece que, como nos preparamos a fondo para conseguir la plaza, no debemos hablar de suspender. Sin embargo, no siempre se consigue a la primera, por muy diversas causas, y es necesario saber encajar el resultado, encontrar un aprendizaje y continuar hacia adelante. Vamos a verlo en profundidad.
Supera un suspenso en tus oposiciones
Si suspendiste el examen de Correos del 12 de septiembre del pasado año, te interesará esta información, porque es necesario digerir este hecho y continuar. Sabemos que opositar es un trabajo continuado, una carrera de fondo y es posible que, tras tanto tiempo esforzándote, suspendas. Es normal que sientas decepción, pero no debes quedarte anclado en ella.
Tras un suspenso, hay una serie de pasos que debes dar para superarlo y continuar en tu proceso de conseguir tu plaza.
Analiza qué puedes aprender de lo sucedido. No es agradable suspender tras el esfuerzo que has realizado, pero debes tratar de ser objetivo y ver qué has hecho mal, qué has hecho bien y qué podrías hacer de otra forma (aunque no esté mal, puede no haberte resultado como esperabas). Debes analizar los aspectos que tú crees que han incidido en el suspenso: ¿habías estudiado lo suficiente y del mejor modo? ¿Estabas muy nervioso? Analiza todo: si estabas cansado, enfermo, qué circunstancias rodearon al examen…
¿Te han surgido dudas? Compártelas con otros opositores o con tu familia y amigos, en definitiva, con quien sientas que puedes expresarte y recibir feedback adecuado.
Tras este análisis personal y ponerlo en común con personas de tu confianza, es momento de recomponerte y ponerte manos a la obra para recuperarte.
No trates de ponerte a estudiar justo al día siguiente, por mucho que pienses que necesitas más estudio.
Comienza por descansar lo suficiente, casi seguro que necesitas recuperar energía y descanso.
Por otra parte, te vendrá muy bien poder distraerte un poco haciendo tus actividades preferidas. Te despejarán lo necesario para volver a ponerte las pilas.
Estará muy bien también que estés en contacto con las personas que te animan, que seguro has estado viendo menos en el periodo de estudio.
Con los ánimos renovados y energías recargadas, es el momento de volver al estudio. Revisa tu planificación anterior. Con lo que has analizado, ¿debes hacer alguna modificación?
Repasa todos los errores que identificaste en una lista y ponte manos a la obra. Prueba también nuevas técnicas de estudio y despeja al máximo tu espacio.
Métete de lleno en el proceso de estudio con las tareas hechas, una vez revisados los errores, revisada la planificación e incorporado las mejoras y novedades, es el momento.
Como ves, un suspenso no es el fin del mundo. Es un trago amargo al que todos estamos expuestos. Incluso habiendo puesto el máximo por nuestra parte, hay elementos que no podemos controlar o que hemos controlado de manera errónea. Solo necesitas recuperar energías y ánimos y revisar todo lo que ha podido influir en tu suspenso. ¡Ánimo y manos a la obra!