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Técnicas de subrayado para estudiar oposiciones

Una de las técnicas más universalmente utilizadas para estudiar todo tipo de contenidos es la del subrayado. Sin embargo, muchas veces no la llevamos a cabo correctamente y acabamos subrayando demasiado o muy poco; en otras ocasiones, sin un criterio definido. Para que el tiempo subrayando sea tiempo de estudio y te facilite posteriores lecturas, debes tener ciertos criterios. Quédate con nosotros a aprender por fin a subrayar.

Pautas para un subrayado eficiente

Vamos a desgranar algunos aspectos del subrayado que debemos considerar para que este proceso nos sirva de algo y no sea perder el tiempo.

El contenido a subrayar

Aquí es realmente importante que identifiques qué te funciona mejor a ti. Ten presente lo siguiente:

  • No debes subrayar casi todo porque entonces no tiene sentido esta técnica de estudio.
  • Puedes subrayar lo que consideres importante catalogándolo entre ideas principales y secundarias y relacionarlas entre ellas.
  • Puedes subrayar solamente lo justo entre ideas principales, si es suficiente para ti.
  • Puedes subrayar algunas palabras clave con las que ancles contenidos en tu mente. Con muy poco, puedes ser muy eficiente.

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El color

El color nos ayuda a resaltar distintas partes del texto que queremos diferenciar por su importancia o cualquier cuestión. Además, dan un poco de alegría a los materiales, eso es innegable. Sin embargo, ¿cuántos colores debemos utilizar? Es probable que, si sigues a algún opositor o has visitado recientemente una papelería hayas observado que hay muchísimos colores de subrayadores, con efectos y grosores muy diversos. Puede ser abrumador y, ante la duda, es tentador coger muchos diferentes. Y luego, ¿qué? ¿Cómo te decides por uno u otro? Con esto queremos decir que es mejor pensar primero qué técnica de subrayado con colores usarás y comprar en consecuencia.

  • Un solo color: si no tienes mucha experiencia subrayando, tal vez quieras empezar usando uno solo, para no andar liándote con qué color era para qué cosa. Sin embargo, según vas cogiendo soltura, lo mejor es utilizar más colores, porque así podrás ver de un solo vistazo mucha información gracias a la codificación de colores (ideas importantes, secundarias, información resumida…).
  • Básica: por básica no entendemos insuficiente ni nada similar. Nos referimos a ella así por utilizar pocos colores, generalmente, dos o tres. Te va a permitir sin mucha variación de color encontrar la información en un vistazo. Si estás empezando, como decíamos, quizá te vaya mejor empezar por un solo color.
  • Multicolor: en este caso, se utilizan numerosos colores. El texto puede resultar muy atractivo visualmente, pero es probable que también sea menos productivo, porque nos saturamos de colorido y tenemos que andar recordando qué tipo de información correspondía a cada color. Es posible que hasta necesites anotar en alguna parte a qué corresponde cada tono por si se te olvida.

Las formas

Con ellas puedes destacar la información. Estamos hablando de que el subrayado sea doble o marque un borde, que uses asteriscos, pequeños círculos, triángulos o cuadrados, etc.

Usa el color del tipo de idea que sea y destaca contenidos específicos sin saturar el texto. Por ejemplo, con el color que hayas asignado a las ideas más importantes, puedes utilizar pequeños símbolos, como asteriscos, antes y después del nombre de una ley. Tus ojos detectarán inmediatamente de qué se trata y no tendrás subrayada toda la hoja entre unas cosas y otras.

En definitiva, cada opositor es un mundo y existen numerosas maneras de subrayar. No todas son válidas para todos los opositores, aunque sí hay unas que parecen ser más eficientes que otras. Sigue estas pautas y elige las que mejor funcionan para ti, pero nunca, nunca, subrayes al tuntún.