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Tu primer examen de oposiciones

No siempre se aprueba un examen de oposiciones a la primera, por mucho que nos pese. A veces, hay que hacer algún intento más. Puede suceder que no nos hayamos preparado lo suficiente, que no hayamos tenido demasiado tiempo para ello, que el día del examen nos encontremos mal… Un sinfín de causas. Antes de hacer el primer examen, incluso si nos hemos preparado a conciencia, no podemos saber qué va a suceder. Sin embargo, debemos prepararnos para dar lo mejor de nosotros en el primer examen porque también es posible aprobar a la primera.

¿Cómo enfrentarte a tu primer examen de oposiciones?

Anteriormente, te hemos dado algunos tips para aprobar el examen. Hoy, sin embargo, lo que queremos es prepararte para ese primer examen. Es posible que el hecho de que sea la primera vez que lo haces te afecte negativamente. Por eso, queremos ayudarte a que la única dificultad que te encuentres sea si posees los conocimientos para resolver las cuestiones. Toma nota:

  • Sal de tu zona de confort. Esta frase tan manida encaja bien aquí. Y es que si lo único que haces es estudiar en tu escritorio con tu pijama calentito, por ejemplo, con tu horario más cómodo, mientras comes galletas y consultas el móvil, el cambio de escenario con el examen es muy drástico. Esto era un ejemplo cualquiera, pero piénsalo adaptándolo a ti. En casa puedes estudiar y recuperar mentalmente los contenidos que te sabes, te sientes cómodo y relajado. Necesitas exponerte a situaciones en las que no estés tan cómodo, como una biblioteca donde hay más personas que pueden distraerte, tal vez la ropa no sea la más cómoda (aunque esto puedes evitarlo eligiéndola con antelación), la silla tampoco lo sea, lleguen sonidos de la calle, haga más frío o calor de que te gustaría, has olvidado el agua y solo tienes un boli que resulta que no te gusta mucho como escribe. Debes poder dar lo mejor de ti en la incomodidad, acostumbrarte a ella.

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Foto de Andy Barbour en Pexels
  • Adapta tu horario. Lo normal es que estudies en el tiempo que te deje libre tu vida. Si tienes un trabajo, remunerado o en el hogar, probablemente no tengas mucha elección. Pero si has podido elegir tu horario, seguramente sea en el que mejor rindes. Según si eres muy madrugador, normal de madrugador o nada de madrugador, la hora del examen puede venirte perfecta o ser una en la que no te concentras bien porque tienes sueño. También si duermes siesta o no, en caso de que un examen fuera por la tarde. Una vez que sepas la hora del examen, te recomendamos que te dediques a hacer test sin parar cada día durante la hora del examen. De este modo, cuando llegue el día de examinarte, estarás bien entrenado para resistir la fatiga durante ese periodo horario y haciendo justo lo que te van a pedir.
  • Practica la visualización. Es muy común que algunas personas se queden bloqueadas cuando llegan al examen: una situación nueva en un sitio nuevo, tal vez demasiados estímulos, tal vez te desborde el miedo o la inseguridad… Es normal estar nervioso en un examen, pero si partes de una situación de calma, será más sencillo que manejes tus emociones y te concentres bien. Averigua dónde es el examen, pasea por allí, y conoce el lugar. Luego, en casa, visualízate llegando, caminando por dentro del edificio, llegando al aula, saludando al personal del examen, yendo a tu asiento, leyendo las preguntas calmadamente, resolviendo todo el examen y entregándolo. Esto tan simple es muy potente. Te prepara para que la situación te sea tan familiar que tus nervios se reduzcan. Será casi como si ya te hubieses examinado previamente en cuestión de cantidad de nervios. Repite la visualización tantas veces como sea necesario.

Como ves, con unos sencillos consejos, tu primera experiencia de examen puede ser mucho mejor y, ¿quién sabe? Tal vez también sea la última que necesites hacer.